Lluvia Vespertina [Libre]

Árboles imponentes, arbustos frondosos y hojas crujientes sobre el suelo, formaban un perfecto escenario para ir a dar paseo, hacer exploración o simplemente perder unas cuantas horas alejados de la ajetreada vida diaria.

Pero este no era el caso para Agatha, pues ella no conocía el descanso y aún en su tiempo libre siempre buscaba que este fuera “productivo”, esa tarde ella había decidió ir al bosque para recolectar algunas hierbas silvestres y quizá algo más que pudiera encontrar, llevaba consigo una canasta de paja junto a un pañuelo que cubría su contenido, su tarde le había sido productiva encontró varias hierbas frescas y también varias castañas  que aún estaban en su cáscara, sin duda hallazgos que debían ser celebrados pues lo que ofrecía el bosque sin duda tenía un sabor más intenso que lo que se podía hallar en el mercado local.

Su tarde que al principio había comenzado tibia y cómoda pronto se llenó de nubes grises que no tardaron en descargarse; las gotas de lluvia cayeron sobre ella empapándola, a trote agitado esquivando como mejor pudo el barro buscó algún lugar para resguardarse al menos por un momento, encontró su refugio debajo de un espeso árbol se arrimó lo más que pudo al tronco mientras  se abrazaba a si misma para no perder calor; dirigió su mirada al cielo, las cargadas nubes anunciaban que aquella lluvia no pararía pronto por lo que no era muy prudente correr en medio de la lluvia, así que solo decidió esperar.

Mis pasos quiebran las caídas hojas, que forman un mullido manto en el suelo. Camino sin rumbo fijo, adentrándome más y más en el bosque. En mi mente una melodía que todavía no he conseguido descifrar. La voy tarareando, moviendo los dedos de la mano, pero no me termina de convencer. Pienso en unas notas, deshecho otras, pero la melodía sigue sin estar. No tardo en verme inmerso en todo lo que me rodea, y respiro profundamente el aire del bosque. La naturaleza siempre es un buen lugar para encontrar la inspiración. Vuelvo a respirar profundamente, cerrando los ojos un momento. Me quedo ahí parado, con los ojos cerrados y respirando el dulce frescor del bosque. Poco a poco siento cómo mi mente se va quedando en blanco. Los sonidos del bosque me van rodeando, y les presto atención. Sonrío. Entonces un trueno me hace abrir de nuevo los ojos. El cielo se ha cubierto de nubes. La lluvia empieza a caer, fría, empapándome. Tiemblo de frío y corro, buscando un lugar para guarecerme hasta que pare de llover. Y lo encuentro debajo de un frondoso árbol, pero ya está ocupado por una joven, así que me detengo a unos pasos de distancia, con la lluvia cayendo sobre mí.

- Disculpe. ¿Le importa si me resguardo junto a usted? Veo que a los dos nos ha pillado la lluvia fuera de casa - Le sonrío con amabilidad. Me abrazo a mí mismo, temblando de frío, mientras espero pacientemente la respuesta de la joven